El café es esa bebida que nos encanta y nos transporta con su aroma a paraísos naturales de los rincones más lejanos del planeta. Sin embargo, en ocasiones, no todo vale en cuanto a cómo servirlo. Existen momentos en los que la etiqueta y el protocolo otorgan un protagonismo especial a este elixir negro. Se acerca la Navidad y con ella las reuniones de amigos y familias, descubrid con nosotros cómo servir de manera impecable y atendiendo a las normas sociales a vuestros clientes.
El placer de la sobremesa
Si ofrecemos el café a nuestros clientes en un banquete tras los platos principales y acompañando a los postres, la etiqueta dice que no puede quedar en su mesa ninguno de los platos, cubiertos o copas con lo que ya han comido. La excepción es la copa de agua, ¡no queremos que nuestros comensales se deshidraten! Hoy en día, excepto que se trate de un evento de gran formalismo, el postre y el café comparten el estrellato en el paladar de los clientes. Lo más indicado para este delicioso momento son las pastas, bombones o los pastelillos, dejemos otros dulces más contundentes para otras ocasiones.
Tazas, azucareros, jarra de la leche…
Si seguimos el protocolo letra a letra, un juego de café debe componerse de, al menos, 9 piezas. En el recuento se incluye la jarra del café, la jarra de leche, las tazas con su propio plato, el plato para el postre, tres tipos de recipiente para endulzantes, las cucharillas de café y los cubiertos del postre. Cuando el número de comensales a los que tenéis que atender se multiplica, algo muy típico en fechas tan entrañables como estas, es posible relajar las normas en su justa medida. Si contáis con un número suficiente de camareros, quizá lo más eficiente es anotar correctamente el número de cada mesa y las preferencias de sus comensales (tipo de edulcorante, temperatura de la leche) en perfecto orden al mismo tiempo que otra persona sitúa las tazas y platillos. A la hora de servir, el movimiento de camareros será más fluido de esta manera. No olvidemos que el disfrute del café, hoy en día, ya no depende tanto del número de piezas de porcelana que se pongan sobre la mesa.
¿Eres el invitado? Errores más comunes a evitar en un evento formal
Los camareros y camareras suelen moverse a velocidades de vértigo ya que tienen que atender cientos de mesas. A veces, en un intento de facilitar su labor a la hora de servir el café es alzamos la taza. ¡No lo hagáis! Os exponéis a una quemadura de 2º grado y a quedaros sin el preciado elixir que os ofrecían. Otro truquito, a la hora de beber, retirad la cucharilla de la taza. Nos lo agradeceréis cuando el cubierto no golpee vuestros dientes.