Imagínate por un instante que consigues los mejores granos de café del mundo. ¿Los mezclarías con agua llena de cloro recogida directamente del grifo? El resultado es fácil de descifrar incluso sin hacer la prueba: tu café perdería gran parte del excelente sabor que podría tener si utilizaras agua de calidad. ¿Nunca antes te habías parado a pensar en la importancia del agua para hacer un buen café? Pues, sigue leyendo. Hoy te explicamos por qué no todo vale con el café.
Evita problemas en la máquina de café
Empecemos recordando la importancia del agua en relación al café que probablemente ya conozcas. Como seguro que ya sabes, es importante que tu máquina de café cuente con un descalcificador y no utilices cualquier agua para evitar averías técnicas en la cafetera debido a los depósitos de cal. Por supuesto, en este sentido influye la dureza del agua. Así, a mayor dureza, mayores posibilidades de acumular depósitos de cal. (Si tienes dudas sobre cómo cuidar tu herramienta de trabajo más importante, en esta entrada podrás resolverlas)
Cuando el agua es sinónimo de calidad
Por supuesto, dependiendo de qué tipo de agua utilices en tu café, este tendrá un sabor u otro. Recuerda que un café no está compuesto únicamente por los granos del café, sino que también está constituido en su mayoría por agua. ¿Vas a despreocuparte de un elemento tan importante a la hora de hacer tu propio café? El agua es la encargada de darle pros o contras a tu café. Decantarte por agua con un tratamiento inadecuado puede hacer que tu café adquiera olores indeseados extraños, excesos de cloro y hasta que aparezcan materias orgánicas en la taza. Y no solo eso. ya que, al mismo tiempo, puede aumentar la acidez, quitarle cuerpo y hasta sacarle consistencia a la crema, entre muchos otros. ¿Quieres conseguir el café perfecto? Decántate por agua de calidad y olvídate del agua del grifo.