Ya eres capaz de llevar a cabo el espresso perfecto, pero, sin embargo, en ocasiones, una taza rebelde decide arruinarte el día y dar al traste con tus estadísticas de barista. Hoy te presentamos los defectos más comunes en la taza, analizados a través de su crema. Presta atención, esta guía te cambiará la vida.
La importancia de la crema del café
Si los ojos son el espejo del alma, la crema es el fiel reflejo de la calidad de un café. Un espresso bien tirado presentará una crema de color avellana intenso con matices rojizos y teja. Su espesor debe ser de al menos 2mm y su presencia persistir sobre el café como mínimo 1 minuto. Pequeñas variaciones en el ajuste del molinillo o la máquina de café pueden marcar la diferencia entre un café espectacular o un café mediocre y la prueba estará en la crema.
Errores típicos vistos en la crema del café y sus motivos
Café sin crema, o con una crema de escasa persistencia.
Punto de molido muy grueso.
Dosis insuficiente.
Café viejo: café sin cuerpo y con un sabor “rancio”.
Agua en el portafiltro, después de la extracción (pastilla mojada).
Crema de café clara y con burbujas
Presión insuficiente.
Maquinaria fría.
Taza fría.
Temperatura de extracción demasiado baja.
Posibilidad de filtros deteriorados (agujeros, disminución de la presión).
Posibilidad de duchas deterioradas.
Punto de molido grueso.
Prensado irregular. Poco prensado.
Poco gramaje.
Crema de café oscura y botón claro
Temperatura excesiva.
Taza demasiado caliente.
Punto de molido muy fino o sobre extracción.
Exceso de gramaje.
Duchas obturadas.
Filtros obturados.
Cámara mal dimensionada (uso del cacillo sencillo y doble dosificación)
Crema marrón poco persistente con burbujas y corona oscura alrededor.
Punto de molido muy fino.
Temperatura demasiado alta.
Fresas del molinillo en mal estado (pulverizan el café).
Taza demasiado caliente.
Demasiado café en la dosis.
Estos son sólo algunos de los defectos más habituales en un espresso, pero estamos seguros de que ya nunca más aparecerán en tus tazas.
