Si para lograr la taza perfecta el café es uno de los ingredientes principales y le debemos dedicar todo nuestro mimo, la leche no se queda atrás. Un mal tratamiento de este ingrediente puede arruinar el cappuccino más cuidado, convirtiéndolo, incluso, en un mejunje muy poco apetecible.
Si quieres que tus clientes hablen de ti por la calidad y atención, toma nota de estos consejos para la leche, les sacarás provecho.
Tratamiento de la leche: ¿por qué emulsionamos?
Puede que la palabra emulsión aún no te resulte familiar, sin embargo, es clave en la preparación de un cappucino.
Este proceso, que consiste en mezclar la leche con vapor de agua sin modificarla químicamente, aporta volumen, cremosidad y consistencia. Estas son algunos de los motivos por los cuáles emulsionamos la leche:
- Eleva y mejora la experiencia sensorial del espresso
- Mantiene el sabor dulce de la leche y también sus propiedades fisiológicas
- Ofrecemos un producto estéticamente perfecto
Tratamiento de la leche: precauciones
A la hora de realizar una emulsión es muy importante que controlemos en todo momento la temperatura que alcanzará la leche. Nunca debe sobrepasar los 70ºC. Si lo hiciera, estas serían las consecuencias:
- Se activaría la Reacción Maillard, que se da entre los azúcares y las proteínas de la leche. Desencadenarla significa modificar el sabor y textura del producto
- Se altera el gusto de la leche. Deja de ser dulce y se percibe como amarga
- Se altera el color. Ya no es blanca, sino amarilla
Estas son las claves básicas para realizar una correcta emulsión de la leche, una parte básica en tu pasaporte al cappuccino perfecto.